jueves, 17 de septiembre de 2009

¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria es la pérdida incontrolable de la orina. Puede implicar un importante impacto psicológico y social, afectando gravemente el estilo de vida del paciente.

Los síntomas pueden variar desde una fuga de orina leve hasta la salida abundante e incontrolable de ésta. Puede ocurrir a cualquier edad, aunque es más común que se de en personas de la tercera edad y especialmente en las mujeres.

Existen cuatro tipos principales de incontinencia urinaria:

1. Incontinencia por estrés o por esfuerzo: Es la más común y con frecuencia afecta a mujeres pos-menopáusicas. Se caracteriza por fugas de orina al estornudar, reír, toser, levantar objetos pesados, hacer ejercicio u otros movimientos que hagan presión en la vejiga.
2. Incontinencia de urgencia: Se le conoce también como vejiga hiperactiva, inestable o espástica. Se refiere a la incapacidad de contener la orina el tiempo suficiente para llegar al baño. Se presenta con frecuencia en personas diabéticas, en quienes han tenido derrames cerebrales o en quienes padecen demencia, enfermedad de Parkinson y esclerosis múltiple, entre otras.
3. Incontinencia por sobrecarga o rebosamiento: Ocurre cuando la cantidad de orina producida excede la capacidad de almacenamiento de la vejiga.
4. Incontinencia funcional: Es aquella en la que el estado del sistema urinario es normal, pero el paciente no puede utilizarlo debidamente por algunos trastornos físicos graves como la enfermedad de Parkinson, Alzheimer, entre otros.

El tratamiento dependerá del tipo de problema que tenga y lo que mejor se adapte a su estilo de vida. La incontinencia urinaria no es un trastorno grave, pero es molesto e incide negativamente en la calidad de vida y en las relaciones sociales.

La incontinencia urinaria puede prevenirse realizando ejercicios que refuercen la musculatura y el tono del suelo pélvico. Otras formas de prevenirla es evitando el sobrepeso y la obesidad, evitar el estreñimiento, las actividades que obliguen a realizar demasiado esfuerzo, evitar la ingesta excesiva de líquidos y mantener una buena higiene en la zona.

Si le ocurre en repetidas veces este tipo de “accidente”, lo ideal es consultar con un médico, para su precoz diagnostico y tratamiento.

Fuente: Mujeres con estilo

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